miércoles, 4 de febrero de 2009

ENGAÑO Y SENTIDO (un ensayo postmoderno)

nasake wa hito no tame narazu
(La misericordia no es para los demás. Proverbio japonés)


1.- La incomodidad de ser.- Camino por la calle del centro un sábado en la noche. La ciudad vuelve a su condición parroquial luego del tempo productivo de la semana laboral. La urbe es abandonada por los transeúntes, pero no está vacía. Los automóviles que rondan le confieren cierta dinámica, aunque francamente es patética. Los carros se convierten en cápsulas que mantienen a sus ocupantes a salvo de las contingencias meteorológicas, de los encuentros fortuitos, de las miradas indeseables, del contacto antiséptico, de la inseguridad que ocasiona el “otro”. En la calle el código popular impera y de manera agresiva excluye a quienes no se insertan en él. Porque en la calle la propiedad privada queda disuelta, y los refugios simbólicos inexistentes. El cuerpo enfrenta su posibilidad y su límite. La calle es una vía no apta para visionarios, a menos que además de visionario, se sea temerario. Pero la calle toma este matiz no porque lo posea per se sino porque son la condiciones sociales, la temporalidad y uno mismo el que le asigna ese significado. Es sábado en la noche. Estoy libre de los horarios y de los sentidos laborales. Sólo respondo a mi propio interés, a mi curiosidad a lo sumo. No poseo misión alguna que me sobrepase, excepto vagar sinsentido. No tengo legitimación alguna, mi paso es un paso sin dirección, sin orden. Por lo mismo, es un paso tímido que avanza en ninguna dirección. En realidad soy un peregrino, porque he de volver, pero decido perderme en la incertidumbre del ordenamiento abandonado. La soledad se vuelve un asunto palpitante. En esta soledad encontrarse con un rostro extraño es incómodo y hasta indeseable, ella y yo nos esquivamos, él y yo nos odiamos, nos desafiamos con nuestra mutua omisión. Soledad o incomodidad en el paseo sin rumbo fijo, sin metas. Sin embargo la mirada advierte detalles que no habían sido percibidos, ¿será la calma?, ¿será la búsqueda de sentido? Es curiosamente análogo…Si un hombre camina a la deriva, la historia carece de meta, se destruye la idea de progreso, el conocimiento pierde su certeza, su alo de perfección, de modernidad, de validez por sobre todo tiempo pasado y sólo tiene valor aquello que normalmente no lo tiene. El sujeto enajenado no es un mero espectador, es un actor que simple y llanamente especta la vida que no le pertenece. Sin una orden que cumplir, se produce el descalabro del sentido, sin un rol que nos identifique y nos asigne un lugar en la sociedad, la relación con el otro, una relación que va más allá de los intereses del sistema, es escandalosamente insoportable. Pero en la soledad percibimos esa posibilidad de encuentro, con terror y con ansias, percibimos la vida que tiene ese otro y su inmensa posibilidad, percibimos nuestro ser y nuestra vida. Pero en condiciones de enajenación la vida no es un proyecto a realizarse de manera libre, es tan solo una parte de un mega-proyecto que nadie dirige. El sujeto es devastado por la cosa, la subjetividad, la creatividad son rezagos de locura, la opinión propia un error, una disfuncionalidad.



2.- La lógica del engaño.- Es hermoso vivir en una sociedad que no reprime, que premia la buena conducta y reconoce a los que tienen éxito. Donde cualquier puede hacer de su destino una obra de arte, y los que no pueden, porque no tienen posibilidades, o por alguna otra razón, pues seguramente se lo merecen, quizá sean vagos que no les interesa progresar y no sienten autoestima por ellos mismos, quizá sea un castigo de dios por alguna mala acción en alguna otra vida. Pero, en fin, es hermoso este mundo, adornado con inmensos centros comerciales donde encontrarse con los amigos y disfrutar de la vida, donde el aburrimiento no existe. Es increíble que podamos comprar cosas que antes estaban reservadas para unos cuantos. La tecnología de nuestro mundo es la mejor, tenemos las mejores pantallas de televisión high resolution con sonido dolby pro logic envolvente…ah! Que delicia. Que hermoso poder transitar en la comodidad y seguridad de nuestro vehículo, que además es súper útil. Hay un vehículo para cada personalidad, para los rancheros, una ford, para las chicas, un chevrolet, para los padres de familia un Volvo. Ojalá mi abuela hubiera vivido en esta época, la mejor de la humanidad. Además las ciudades poco a poco se van civilizando, se van tecnificando, haciendo menos dura la caminata, menos insoportable el uso del cuerpo. Y hablando de cuerpo, ahora podemos ser bellos, podemos operar nuestro defectos, al fin y al cabo no tenemos la culpa de haber nacido feos, pero depende de nosotros ser bellos y poder expresar mejor la belleza interna que llevamos dentro, o sea, podemos ser tan bellos como nuestro corazón nos diga. Y que pesados esos tiempo donde la única música que existía era la música clásica, ahora está claro que arte puede hacerlo cualquiera, nuestra cultura es la más incluyente. El desarrollo es tecnología y punto. Los filósofos y toda clase de intelectuales, parece no comprender esta fundamental cuestión. No se pueden pasar la vida haciendo discursos ridículos y enredados en contra del desarrollo mientras se sigue usufructuando de la tecnología. ¿Quiénes son los inmorales? Por eso recomendamos que se aliñen con la teoría de “El fin de la historia”, en todo caso, es una teoría más consistente y con cierta coherencia. A quíén le interesa el estado, ¡por favor!, debe ser un asunto de algún izquierdoso trasnochado, por lo menos si entendieran las nuevas condiciones del mundo actual, dejarían de recitar el dogma estatista-comunistoide. Estamos de acuerdo en que la uniformidad es un ultraje contra la naturaleza humana, contra la biología en sentido estricto, por eso hay que optar por ser distintos, comenzando con la ropa que usamos, con las amistades que tenemos, todo es un signo de diferencia. Cada cual es responsable de su propia vida, ¿por qué alarmarse? La vida es una lucha, pero la tecnología y la racionalidad han logrado sacar al hombre de la barbarie, aunque en algunos lugares todavía son medio bárbaros. Es natural, además que haya líderes, no todos pueden serlo, se requiere de ciertas cualidades innatas, un abolengo. Sin embargo, no hay por qué deprimirse, el secreto de la felicidad está en amar lo que uno hace. Hay que descartar todo lo que no es rentable, la vida es demasiado corta para vivir sufriendo y en la abstinencia. Qué importa que seamos una suma de sugestiones mediáticas, pero lo terrible es encontrarse con la masa, ¡qué asco! No pudieron encontrar palabra peor para referirse a la basura. El pueblo es la basura de la política, basta repetir, suprimir y exacerbar los mensajes para que todos aplaudan. Esa gente seguirá en la masa. Solo sobresale el que tiene las capacidades ideales, el eficiente, el buen empleado, el que no cuestiona. Por eso mejor negamos la realidad, y vuelvo a decirlo, la tecnología es una bendición. Te conectas y listo. La virtualidad te ofrece el poder ¿ilusorio? ¿y qué es la democracia? No hemos convenido en ciertas convenciones y sin embargo las aceptamos…¿existe alguna otra prueba de que la estructura rizomática si es factible? Quien quiere negar el mundo, quizá los desadaptados, los artistas, aunque hay artistas muy exitosos, que lo animan y lo alientan y creen que este es el mundo de la libertad. En fin, somos mayores de edad, no tenemos por qué rendir cuentas a nadie de lo que hacemos, es nuestra era y el mundo está en nuestras manos. ¿Y qué si somos ignorantes? La división capitalista del trabajo hace que otros sepan, y yo no tenga que estar preocupándome de ello. Es cómo escribir en la computadora, la propia máquina corrige los errores ortográficos. NO me importa como funciona la máquina, sólo se que me sirve. Ese ya es un debate superado. En fin, los textos son inútiles a menos que contengan alguna imagen impactante, aunque será difícil impactarnos. Disfrutamos con películas como SAW que ya lleva como la 5ta parte y lo más increíble es que es una película realizada con escaso presupuesto. ¿Si eso no es ser creativo, entonces qué lo es?



3.- Colisión de racionalidades.- Las preocupaciones por establecer un nuevo sistema reformador del capitalismo, de sus promesas incumplidas, de sus productos negativos, de sus contradicciones evidentes, han ahondado hasta descubrir que el eje mismo del malestar civilizatorio no se encuentra solamente en la forma de las relaciones de producción, sino entre las matrices filosóficas y culturales de la propia modernidad. Sin embargo, la ampliación de la crítica hacia los presupuestos epocales y las codificaciones culturales de la modernidad, no implicó necesariamente una superación de los modelos de organización social de inspiración iluminista hacia otros tipos de comprensión de la vida colectiva. Al contrario, significó el estancamiento en el nihilismo y la imposibilidad de (re)construir nuevas alternativas de interpretación fuera de las dictadas por la eficiencia de sus formas tecnológicas y al mismo tiempo, por la decadencia de sus instituciones políticas. La postmodernidad es un período epocal que se caracteriza por la creciente autonomía de los mecanismos de organización colectiva en base a resultados industriales y por el descrédito de la intervención humana, errónea, ineficiente, y sobre todo imprecisa en sus conceptualizaciones sobre el mundo, sobre la cultura y, en una palabra, sobre la vida. La complejidad del fenómeno humano parece resistirse a abandonar el diletantismo subjetivista que mal que bien, asigna cierta autonomía mental a los individuos y a las comunidades específicas, y por otro lado no está dispuesta a abandonar los privilegios y logros que ha podido construir gracias a la ciencia y la tecnología, a la razón instrumental, sin sospechar siquiera que las condiciones que permiten el rápido desarrollo en lo tecnológico, al mismo tiempo limitan y restringen las capacidades creativas de organización y de vida. Nos dicen que nunca como en nuestro tiempo hubo tal capacidad de comunicación entre las diversas culturas, nunca un sistema más democrática, nunca un acceso potencial a tantos beneficios ni a tantos instrumentos sedantes o excitantes de la imaginación. Pero al mismo tiempo, nunca hubo tal cantidad de desencanto y miseria, nunca un proceso de cosificación y desprendimiento de la vida más hostil, nunca una anomia tan brutal, nunca una apatía tan senil. En este contexto, la toma de conciencia es una toma vacía y exánime que se conforma con el rechazo dogmático a la razón totalitaria en la instauración de múltiples racionalidades que responden a la realidad industrial.



4.- Legitimación o quebrantamiento.- La ciencia demostró ser más eficiente para representar la realidad. El arte sufre una crisis de la representación que le obliga a (re) pensarse como acción humana. El hombre no es sólo una máquina que puede representar la realidad, él mismo es parte de esa realidad que al mismo tiempo de percibirla la transforma. Como sea, el efecto masificador de las reproducciones industriales caló hondamente en los productos de la actividad artística. La sublimidad que se lograba a través de la obra de arte, su originalidad y su unicidad, su perfección, quedó seriamente cuestionada por la superación técnica. Al fin y al cabo la perfección es un valor que sostenía y aún sostiene (a) la modernidad. Por ello seguramente Lyotard diría que todo arte moderno es en realidad postmoderno, es decir que tiende “la superación de algo” como principio. Lo sublime, lo excelente, lo admirable quedó intacto en este juego, pero omitido del espectro moderno industrial de su rueda ensimismante, que conllevó a pensarlo únicamente en la abstracción de los conceptos y en la renuncia de la realidad. Pero ¿no significaba esto precisamente el triunfo de la razón moderna, la eliminación de los contenidos a la pura formalidad, no existe aquí una paradoja? La razón articula toda una percepción de lo real de manera instrumental, es decir, destacando lo positivo, lo exitoso, lo útil. Esta razón construida desde el iluminismo se consolida como la vía legítima y consistente para vencer las creencias oscurantistas, pero a costa de elaborar una visión de la realidad absolutamente funcional al poder, a su verdad. La razón se objetiva en los símbolos que proveen de sentido al mundo, que posibilitan su pensamiento y son la única fuente de acceso a la verdad.

La búsqueda del hombre perdido entre las máquinas, entre los sueños o las pesadillas de la razón, sin un centro, sin un discurso que le legitime, produjo la parálisis y el tanteo nihilista del sentido, incluso en el absurdo. Al fin de cuentas, ¿no sería lo absurdo un subproducto de la razón técnica y de la dominación. Mientras la fiebre de los estados imperialistas, su absolutismo, llevó a cerrar la vía de la reflexión sobre nuevas formas de expresión, el nomadismo artístico, la experimentación, por ser peligrosos para la lógica totalitaria de la razón. La regulación ideal, estatal, laboral, familiar, política y moral fueron efectos de una racionalidad ensimismada, uno de cuyos resultados más palpables fue el holocausto nazi. De otro lado la “experimentación” del arte, o mejor dicho, la condena moderna a su reinvención y superación permanente, resultó absolutamente funcional a la lógica transnacional del mercado capitalista global, donde las inquietudes filosóficas fueron reemplazadas por el consumismo extremo y por la reificación total del mundo. Los productos de la búsqueda individual de expresión, la búsqueda de la humanización en términos distintos que los marcados por la industria, terminaron volviéndose objeto de consumo, funcionarizándose a los intereses del poder y eliminando la posibilidad crítica y autónoma de comprender el mundo.

La postmodernidad inaugura una obstrucción -de dimensiones globales- para poder salir de su propio universo simbólico. Los metarrelatos y las meganarrativas son relativizadas y así como la idea de verdad. El móvil que legitima la vida colectiva es precisamente la ausencia volitiva, la pérdida del sentido más allá de los sentidos del mercado. ¿Quién piensa en la libertad, cuando puedes ir al cine a ver “Quantum of solace”? ¿Quién piensa en el amor cuando se puede ser un onanista con videos pornográficos? o ¿Quien aspira el conocimiento cuando lo que importa es hacer dinero, o ser famoso? ¿A quien diablos le interesa la revolución si ya no está de moda? El purismo ecléctico que lo mezcla todo hace omisión de los fundamentos. Lo estético se modela por un código que nada tiene que ver con explicaciones exegéticas, sino con el contexto que descontextualiza los significados para convertirlos en signos de consumo, distribuidos de manera masiva, excelente y absolutamente democrática.

¿Qué sentido tiene la esperanza? ¿Qué sentido tiene la utopía? ¿Qué sentido tiene la razón? ¿Para qué el arte? Son preguntas absolutamente lógicas pero absolutamente decadentes. La muerte de los metarrelatos, la muerte de los dioses parafraseando a Nietszche no debe entristecernos. La angustia existencialista se explica ante el hoyo negro que dejó la imagen y el peso del centro que articulaba la explicación de la vida, pero, siendo un poco cínicos, podríamos decir que la vida continúa a pesar del sentido (y del sinsentido). No es una afirmación postmoderna, es la simple constatación de que el centro no se encuentra en las estructuras, sino en la contingencia del devenir vital. La postmodernidad contiene en sí misma las condiciones de su superación.

1 comentario:

La_Realidad dijo...

En cuanto a que "el contexto que descontextualiza los significados para convertirlos en signos de consumo, distribuidos de manera masiva, excelente y absolutamente democrática", creo que es uno de los triunfos de la modernidad. El cambio de sentido y percepción de las cosas es un arte que bien se ha dado de diseñar el sistema en el cual caminamos. Sin embargo, a pesar de ésa Realidad, siempre existiremos algunos caminantes que decidan irse por el centro de la via.. por encima de la misma... Un saludo