Trilogía del tacto
Se produce para llenar el carisma de tu sangre
y nos lleva a cruzar por la cruz del incierto,
las escaleras frías no comprenden la mar ni el ocaso
¡pobre del que asienta su corazón en un peldaño!
Rubén Gimenez
Al triste costado de tu cuerpo renacido
deja sobre tu piel el perfume de la nada,
¡cuantas veces quisiste ser amada heroicamente
como se aman los atardeceres sonrosados!
Rivage Elodie
El eco de tu marcha fúnebre aún azota
las raíces furtivas del encantamiento,
mas tus caderas reparan la retórica del género.
Patricia Vidal
En el gemido dadaísta del vasto asombro
se levanta el campo inaudito de tu sombra
y acontece la esperanza en la penumbra.
Mauricio Toussaints
Lo promiscuo y lo elevado se mezclan
en la mezcla infinita de tus senos;
la muerte tiene un tinte y un dulce aroma
después de comer el pan de tu vientre.
Lorena Antuña
Eres sol de los espejos, el delirio
profundidad descalza entre la lluvia,
en la puerta entreabierta de tus muslos
soy tragado bocado a bocado.
Alfredo Esparza
Tu cuerpo exquisito manjar del crepúsculo
tensión y paz de una hora compuesta
concede significado al claroscuro.
La luz que roza la orquídea de tu pubis
modela la carne de mi angustia.
Bruno Viñas
El néctar de tu flor inunda los suburbios
aceptaste el destino de tu fruta fresca
y en tus ojos todos saben que lo sabes,
que tu belleza es un dolor oscuramente ansiado.
Carmine Scarpa
Amo desfogar el alma de tu alma mía
y acariciar tu espalda en el lomo de los libros
señalar las páginas del presente indisoluble
en la impronta de tu carne, carne mía.
s/a
Quiero escalar sobre tu talle y poseerte en las alturas
contemplar la desnuda topografía de tu alma
y olvidarme en el deleite del olvido,
y sobre el tálamo de tierra acabar haciendo la vida
eterno instante, instante bueno.
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