lunes, 14 de abril de 2008

Fanzine Anarquista en la Ciudad de las Aguas N3

¡Tu vida es una mierda, y lo sabes!

No somos seres humanos somos animales repletos de necesidades que hay que satisfacer. Somos portadores de dinero y sólo en cuanto portemos dinero somos importantes, porque somos útiles. El signo de la dignidad del ser humano $$$$ es el dinero y la condición política de su portador es el ser consumidor. ¿Te sientes feliz de que te llaman consumidor?, pero no importa qué consumas ni para qué consumas, da igual, mientras no dejes de ser consumista, o el arquetipo del modelo económico que enriquece a unos pocos y empobrece a todos.



El grado de consumo no es igual a felicidad y hablando éticamente, no debiera serlo cuando el 68 % de la población vive bajo el límite de la pobreza. Igual, a quién mierda le importa, cuando la vida misma deja de tener valor y sentido, cuando las posibilidades de liberación aparecen anuladas por la propia razón. Ya no somos ciudadanos,(esa supuesta conquista de la revolución francesa burguesa), somos extras en una película en la que nuestro papel es ser permanentemente despreciados.

La democracia representativa es una opción cómoda que paulatinamente te anula, te destruye, te impide ser responsable, es decir, que puedas responder por tu propia vida. Pero qué vas a poder responder por tu vida si no tienes siquiera la posibilidad de decidir en tus cuestiones básicas. El sistema, a lo largo de la vida, te va planteando opciones. Trabajar para el Estado o la empresa privada, o el comercio, etc. o no hacerlo, dedicar tu tiempo libre a otras personas para cambiar tu entorno o no hacerlo.



Y bajo la excusa de que nos vamos haciendo viejos y que hay que madurar, que hay que poner los pies sobre la tierra, dejamos que sea ese sistema el que decida por nosotros. Y ese sistema elige la opción que más le conviene a él, y que casualmente, es la mas cómoda para ti. Es algo así como: “no te preocupes por nada, tu vive tu vida y preocúpate por ti, que yo me encargo de tomar las decisiones que más te convienen”. Y así, se va configurando un mundo con explotados y explotadores. El sistema te plantea la opción de vivir cómodamente tu vida como explotador a cambio de que crees en tu cabeza una celda que supuestamente te protege, pero que en realidad te aprisiona.


Eric Drooker

Pero esa celda no está hecha con ladrillos y cemento, sino con los materiales y las herramientas culturales que te brinda el sistema: la indiferencia, la desinformación, el exceso de información fraccionada, la incredulidad ante cualquier cosa que no provenga de los cauces “oficiales”, el pesimismo del “no hay nada que hacer”, y por supuesto, el desprecio y la burla en cierta medida hacia aquellos que creemos que sí hay algo que hacer, hacia los “ilusos inocentes” que pensamos que el mundo sí se puede cambiar y hacerlo un lugar más habitable, y que eso se puede hacer ahora. ¡Toma tu opción de una vez! ¡Toma el control de tu vida!

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