viernes, 15 de febrero de 2008

La Industria cultural como ideología



En países como Ecuador, sobran buenos escritores y falta quien les financie. Si no tienes algún vínculo de parentesco o cierta afinidad con las elites que organizan el medio editorial público, para acceder a publicar hay que someterse a estrictos filtros y esperar (una vez que has tenido la suerte de ser aprobado) una eternidad. Por otro lado, si eres "amigo" de aquellos, publicas lo que te venga en gana aunque luego los miles de ejemplares se pudran en las bodegas repletas de textos sin importancia. La mayoría de los grandes nombres de la cultura contemporánea en mi país, resuenan más por su influencia en los cerrados círculos de la elite intelectual, que por una producción con cierto valor o cierta consistencia, tanto estética como política y sin embargo ellos son los que crean cultura. El sector privado tampoco apoya a los escritores noveles, ni a los buenos ni a los malos, pues lo que se busca es el respaldo de un nombre que garantice cierta venta. En estas condiciones si el actual mundo del libro y la producción contemporánea está latente se debe a la acción fraccionada, discontinua y des-conectada de minúsculos grupos dónde se incluyen la ONG´s internacionales, las universidades, las instituciones culturales, que producen así mismo títulos fragmentados, discontinuos y des-conectados de la realidad social (a pesar que se esfuerzan por incluirla) y tan sólo alimentan a las elites que reproducen, en un círculo vicioso, una cultura ajena a la cultura del país.

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